¿En qué momento empezamos a pedir a los humanos comportamientos de máquinas?
Empezamos a escuchar el término “multitarea” al mismo tiempo en el que empezamos a contar con ordenadores. Creamos maquinas que ejecutan varios procesos al mismo tiempo como: recibir unas entradas (si se requiere), aplicar un mínimo de validaciones, realizar algunas operaciones, cálculos o tareas y entregar una salida, un resultado esperado.
Esto está muy bien para los ordenadores que tienen mas de un procesador (lugar donde se ejecutan la secuencia de pasos mencionadas en el párrafo anterior); inclusive ellos también tienen una capacidad limitada y también son de generación lo que hace que vayan quedando obsoletos.
Entonces cuando nos contamos la historia de hombres y mujeres maravilla que hacen de todo al tiempo, creyendo que somos multitarea, lo único que estamos haciendo es regalarnos algo de motivación para lograr cumplir con la demanda externa e interna que estamos teniendo.
Cuando hacemos multitasking o multitarea, lo que estamos haciendo es forzando a que nuestra mente cambie de objetivo en un tiempo muy corto, esto es estresante para el cerebro y mal gasta mucha energía, conectar y desconectar constantemente nos agota; es por esta razón que ser multitareas a mediano, largo e incluso a corto plazo, lo único que nos traerá es un desgaste físico, mental y/o emocional.
Te preguntarás por qué emocional, esto lo resolveremos más adelante.
En agilidad hablamos de temas como la flexibilidad, la adaptación al cambio, la productividad, la eficiencia, la eficacia, equipos de alto rendimiento y demás conceptos que a cualquier organización y/o profesional vibrante por su carrera y el éxito, le puede llamar mucho la atención. Cualquier medio para ser más productivos siempre será bienvenido, por esta razón hablar de multitarea necesariamente nos hace repasar el concepto de productividad.
Agilidad conlleva a alcanzar mayor productividad, pero no podemos hablar de productividad sin tener en cuenta dos conceptos: eficiencia y eficacia; lo primero corresponde a utilizar los recursos disponibles de la forma más óptima para lograr el resultado esperado, siendo esto último la eficacia, entonces ser productivos no solo es hacer más o mucho, es hacer con un sentido, con un propósito claro y consciente de los recursos disponibles para lograr resolver lo que verdaderamente se requiere.
Porque si recordamos, la definición de Éxito en Agilidad es: Resolver el problema.
Estar en el mundo del agilismo me ha llevado a darme cuenta que siempre podemos estar al filo de la navaja, esto debido a la libertad en la interpretación, en el cómo lo haremos y en la variedad y cantidad de información que vamos teniendo a partir del empirismo, es decir la gama de colores y opciones disponible al momento de implementar cualquier marco o herramienta empieza a ser bastante amplia.
Siempre he creído que a mayor libertad, mayor es la responsabilidad, y es que como seres humanos hemos tenido tantas reglas que cumplir que nuestra consciencia apenas está despertando (no nos había quedado mucho espacio para pensar o cuestionar); desde mi punto de vista, para vivir e implementar agilismo sin perder el sentido, se hace muy necesario que desarrollemos consciencia (persona despierta y conectada con su entorno) para que al momento de empezar a generar cambios y girar el rumbo de la organización y de sus colaboradores a ser mas productivos, no caigamos en la equivocación de saturar a los equipos, solo porque interpretamos los conceptos de la forma incorrecta y nos enfocamos únicamente en las cifras, los números y los resultados, olvidando que quienes hacen todo esto posible son las personas.
Entonces ser mas productivos no necesariamente es hacer el doble o el triple y llevar toda la carga que quieran poner sobre nuestros hombros; sino poder crear y recrear un entorno donde todas las variables se conjuguen en una sana armonía que permita realmente el progreso de forma sostenible en el tiempo.
De aquí que los que practicamos ágil, tenemos una gran responsabilidad. No solo de implementar e innovar, sino también de recordar que quienes van a vivir todo esto son las personas dentro de una organización y esto las hace la variable más importante de la ecuación.
La demanda exagerada de cada día nos puede sobre pasar y a esto sumemos la velocidad en la que todo cambia, pero nada mas recomendable en tiempos de cambio que el auto cuidado, pues solo esto permitirá que la transformación haga su proceso, así que parte de nuestra responsabilidad como agentes de cambio es velar porque no nos perdamos a nosotros ni a los demás en el proceso. En cambio, si en vez de tener en cuenta lo mencionado anteriormente, esperamos que los seres humanos se comporten como maquinas sobre saturándolas de responsabilidades, metas y procesos, porque en la cultura organizacional medimos, reforzamos y hasta resaltamos este hábito, podríamos empezar a pensar si lo que queremos en la organización son personas creativas y felices (lo cual las hace más competentes para encontrar soluciones a los retos) o personas que asumen la multitarea por obligación (que tarde o temprano se irán apagando).
Una organización que de verdad valora su talento humano pensaría en las consecuencias de la multitarea en cada una de las personas que hacen parte de ella, pero la responsabilidad no es toda de las organizaciones, hay algo que se llama límites y nosotros también debemos empezar a descubrir y manifestar cuál es nuestra capacidad y cómo somos más productivos.
Te dejo la siguiente pregunta, en caso que te sientas identificado con la multitarea: ¿Haces multitarea por obligación o como medio de distracción?
Recuerda que la distracción es adictiva y no nos damos cuenta de ello.
La universidad de Londres menciona que cuando hacemos multitarea, nuestro coeficiente intelectual disminuye igual a cuando no dormimos en toda la noche, nuestro nivel intelectual queda como el de un niño de 8 años. Esto nos puede llevar a reflexionar que una persona multitarea puede que cumpla con algunos resultados, pero nunca va a lograr todo lo que se espera, ¿por qué?, porque su capacidad intelectual se reducirá, su capacidad para retener y para recordar cada vez será menor ósea su memoria se afectará, su capacidad de analizar, comprender o discernir se nublará, es decir su habilidad para tomar las decisiones correctas o acertadas disminuirá, su energía se agotará, algún día se cansará y su cuerpo le reclamara en forma de enfermedad o físico agotamiento, y pronto solo estará haciendo lo que “Humanamente” puede, más no estará usando todo su potencial para resolver lo que se requiere resolver.
Entonces en la búsqueda de crear y creernos super humanos, lo único que estamos haciendo es retrocediendo, al afectar el potencial que tenemos, no es hacer uso desmesurado de él, sino saberlo usar; eso hacemos cuando hablamos que se actúa de forma inteligente.
Ser verdaderamente productivo, es poder identificar y usar de la mejor forma los recursos que tenemos a disposición y enfocarnos en resolver el verdadero problema, pero para lograr esto requerimos prestar atención y no solo estar en cuerpo si no en mente también, es decir atención plena.
La investigación, llevada por los psicólogos Matthew A. Killingsworth y Daniel T. Gilbert de la Universidad de Harvard, que se describe en la revista Science, menciona:
“La mente humana es errante, y una mente errante no es una mente feliz”. “La habilidad de pensar sobre lo que no está sucediendo es un logro cognitivo que tiene un costo emocional”.
En pocas palabras, en la mayoría de personas, los pensamientos que tenemos no tienen nada que ver con lo que estamos haciendo. Y se ha comprobado que somos más felices cuando nuestros pensamientos coinciden con nuestras acciones, eso es vivir en el presente.
El estado de Flow es poder tener concentración en una tarea, lograr terminarla y disfrutar de la emoción y la satisfacción de verla cumplida. Es en este estado donde ocurre la mayor creatividad, implementar agilidad es abrir espacio para desarrollar todo el potencial creativo de las personas, para esto eliminamos desperdicios, reprocesos, hacemos todo más ligero y movemos incluso estructuras. Es ahí, desde mi punto de vista, cuando todo esto cobra sentido.
En medio de esta carrera en la que hemos caído, tratando de ganarle al tiempo y al avance tecnológico o por lo menos estar “a la altura”, corremos detrás de algo que no va a parar, el avance tecnológico no tendrá fin, pero nosotros sí. Entre más consciencia y atención plena desarrollamos, menos multitarea seremos.
Como sociedad calificamos de “super inteligente” una persona que es capaz de cambiar y sostener muchos temas a la vez, y creo que hay una diferencia entre ser capaces de recibir todo lo que nos pasen a entregar un buen resultado y lograr lo que se espera de todo lo que recibimos.
La sobre estimulación a la que estamos expuestos, nos ha llevado a desarrollar un índice de atención menor, no logramos estar concentrados por mucho tiempo en una misma tarea, es ahí cuando también dejamos de disfrutar lo que estamos haciendo lo cual, aunque no lo creamos a su vez disminuye la productividad.
En el cambio entre una tarea y otra hay mas o menos un 20% de pérdida para retomar la siguiente tarea, multiplica esto por la cantidad de veces en el día, eso te dará una idea de que tan productivo estás siendo. No todas las tareas que hacemos se procesan como un hub que solo se toman y distribuyen, hay algunas tareas que requieren un esfuerzo y dedicación mayor y es en ese momento donde nuestra concentración juega un papel muy importante.
Y antes de cerrar, recuerda que a todos nos encanta ponernos etiquetas los unos a los otros y hasta algunas veces basar nuestro valor personal en ellas; si después de leer esto, aún así eliges ser multitarea, está bien, solo recuerda que no es solo responsabilidad de la cultura organizacional, también es tu responsabilidad asegurar de no perderte en el camino.
Conoce el costo neurobiológico del multitasking en el siguiente enlace
Nos vemos pronto.